La importancia del yacimiento de
“El Convento” dentro del mundo
académico es indudable, y para la
historia de Mallén, todavía más.
Durante varios siglos vivieron allí
nuestros antepasados ,
aprovechando una inmejorable
situación geoestratégica, junto a
los valles del Huecha y el Ebro.
La Diputación General de Aragón,
mediante Decreto 199/1991
de 26 de noviembre (B.O.E, 24-I-
1992), declaró al yacimiento de
“El Convento” Bien de Interés
Cultural, que conlleva la adopción
de medidas especiales para
su conservación y protección.
Mallén tiene ahí un patrimonio
que debe explotar, desde un punto
de vista turístico y cultural, dándolo
a conocer al exterior mediante
la creación de un centro de
interpretación, o un museo de historia
local.
۞
Localización
El yacimiento arqueológico "El Convento",
se halla ubicado en un gran cerro de
escasa altitud, a un kilómetro de distancia
de la actual villa de Mallén, muy cerca
del río Huecha en dirección oeste.
Los primeros trabajos arqueológicos se
realizaron en los años 30 por Armengol,
seguidos de otros estudios que se centraban
en el estudio de restos numismáticos
y cerámicos encontrados. Pero hasta las
campañas realizadas en 1987 y 1989,
años en los que por fin se excavaba el
yacimiento tras una larga etapa de recogida
de datos, no se pudo tener una percepción
real de la importancia del yacimiento.
Los numerosos restos aparecidos en
estas campañas fueron considerados de
gran valor, y por esta razón en 1991 "El
Convento" fue declarado Bien de Interés
Cultural (BIC).
۞
Ocupación
Según J.I.Royo Guillén, "El Convento" tuvo una
ocupación continuada desde del siglo VII a. C
hasta el siglo III d.C. Durante todo este marco cronológico
podemos diferenciar tres fases:
- La primera fase, abarca desde el siglo VII hasta el
VI y V a. C. Es la etapa del primer asentamiento,
realizado por un grupo humano que, viendo las buenas
condiciones geoestratégicas de la zona, decidieron
fundar allí un poblado de nueva planta. Este nuevo
asentamiento se fue desarrollando hasta que la
cultura de Campo de Urnas en el valle medio del
Ebro entró en una fase de decadencia (siglo VI-V).
- La segunda fase, tiene una secuencia cronológica
corta, comienza en el siglo III, y se correspondería al
asentamiento Celtíbero, así lo demuestra la secuencia
estratigráfica correspondiente al yacimiento, que
se adecua muy bien a la constante de las ciudades
celtibéricas. La tipología de las casas sigue la tendencia
de la etapa anterior (casas rectangulares), hay una
abundante producción de cerámica y una gran importación
de cerámica Campaniense. La fase acaba en el
año 80 a.C. coincidiendo con las Guerras Sertorianas.
- La tercera fase, abarca desde el siglo I
a.C. hasta
el siglo III d. C. Los restos Celtíberos son arrasados
y se inicia la etapa romana del asentamiento. Fue una
etapa de gran florecimiento, sobre todo durante el
siglo I-II, mejorándose el urbanismo (calles empedradas,
algunas viviendas de lujo, recintos con claro uso
industrial..), y los materiales aparecidos son bastante
más ricos. El desarrollo de la población fue tal, que
se convirtió en una ciudad importante, pero de rango
inferior, esto se dilucida al comprobar que no se acuñaba
moneda y debido a su pequeño tamaño(7 Ha).
- Todavía podríamos mencionar otra fase más de ocupación de este
yacimiento, una fase en una época bastante más tardía. En el siglo
XVI, en el extremo sur del yacimiento, la orden religiosa de los
Franciscanos fundó en 1616 un convento que ocupó hasta los años
de la desamortización del siglo XIX, de ahí proviene la denominación
del yacimiento como “El Convento”
۞ ¿Manlia
o Balsione?
Durante muchos años ha existido una gran polémica en torno al
verdadero nombre del emplazamiento sito en el cerro "El Convento".
Apiano, historiador griego del siglo II de C., en su "Historia de
Roma", narra las campañas realizadas por Pompeyo contra Numancia
y Termancia, cuenta como después de atacar estas ciudades, sus
tropas se dirigieron a una población llamada Manlia (¿Mallén?)
para reprimir a una guarnición de numantinos, pero los habitantes
de dicha población degollaron a todos los miembros de la guarnición,
y entregaron la ciudad a los romanos con el objetivo de evitar
ser sitiados y ganarse la confianza de los romanos. Haciendo cálculos,
algunos historiadores han visto en las ruinas de "El Convento",
la famosa Manlia de Apiano. Otros, sin embargo, identifican Manlia con la
antigua ciudad romana de Molina de Aragón (Guadalajara), construida
junto al pueblo Rillo de Gallo, debido a la cercanía con la
ciudad celtíbera de Numancia.
Hay que decir que los historiadores romanos se
basaban en los informes de los generales romanos para elaborar sus
escritos. Todos los generales en su informe hablaban de ciudades
conquistadas, es decir, atribuían el mismo tamaño a las poblaciones
que conquistaban para así dar la impresión de haber realizado una gran
campaña.
En un texto del siglo I d.C. escrito por Ptolomeo, aparece la palabra
Belsinon para designar una ciudad celtíbera. Tras numerosas
investigaciones, y gracias a la información que nos aporta el
"Itinerario" de Antonino (donde se hace alusión a las calzadas, ciudades
y mansiones del imperio, y donde aparece citada la
la mansión romana Balsione) se ha podido saber
que Belsinon se corresponde con los restos del
cerro "El Convento".
Según García Bellido, Mallén vendría de un tal
Mallius, pronunciado
Malius. Pero esta no es la única hipótesis,
por ejemplo Menéndez Pidal ve la raíz de la palabra
Mallén en el nombre de Mallianus, mientras que
Ubieto Arteta se decantaba más por el nombre romano
de Manlius.
Era costumbre entre los generales
romanos dar su nombre a las regiones conquistadas. Entonces se
podría pensar que un general llamado Mallius (Mallianus, Manlius)
arrebató a los celtíberos su tierra y
posteriormente dio su nombre a la región: Malia
(Manlia), manteniendo el nombre de la población
celtíbera que se asentaba en dicha región pero romanizándolo.
Entonces la Belsinon celtíbera pasaría a ser la Balsione
o Bellisone romana.
Durante el siglo III d.C. la decadencia del
imperio comienza a ser bastante notable, los pueblos
bárbaros comenzaron a presionar cada vez con mayor
ímpetu el limite del imperio romano, y eso produjo
que ante la inestabilidad socio-política que sufrían los
espacios urbanos, mucha gente se trasladase a las
"villae" (zonas rurales). Allí, grandes y ricos hacendados,
llegaron a tener un poder pleno ¿Fue Mallius un rico
hacendado de la época?.
Sea como fuere, el nombre de
varón romano Mallius, Mallianus o Manlius adquiriría
el sufijo -en (que denota posesión) convirtiéndose
en Mallén.
۞
Útiles y Materiales
Las excavaciones arqueológicas que se
llevaron a cabo en el yacimiento de “El
Convento” en las últimas décadas del
siglo XX,
sacaron a la
luz diversos
materiales, que
demuestran la
gran riqueza e
importancia
del conjunto
arqueológico .
Los objetos
encontrados, así como los restos de
estructuras arquitectónicas, muestran
una cronología y un asentamiento
continuado desde la época de los
Campos de Urnas y la I Edad del
Hierro, en siglo VI a. de C., hasta
principios de siglo III de nuestra Era,
en época romana. Los primeros
asentamientos dieron paso a la celtíbera
Belsinon, romanizada con el nombre de
Balsione, o Balsio, pues así aparece en
los “itinerarios” o calzadas de la
época.
۞
Materiales urbanos
El yacimiento tiene unos restos de estructura urbana,
donde se adivina el trazado de calles estrechas,
casas de pequeña dimensión, con habitaciones
destinadas
a
distintas
ocupaciones
laborales,
donde
han aparecido
restos
de hornos y utensilios para labores textiles; hay
una clara ausencia de estancias de lujo o de grandes
proporciones. En algunos casos, se aprecia la
construcción de muros de adobes de la época celtibérica,
a los que se superponen sillares de piedra
de la etapa romana posterior.
۞
Bienes Muebles
La variedad de los objetos encontrados en las excavaciones
realizadas en “El Convento” ha sido
muy amplia y abundante. Destaca sobre todos
ellos la gran cantidad de vasijas y objetos de cerámicas
de distintas épocas y procedencias, especialmente
la terra sigillata hispánica de color rojizo,
con ricas decoraciones, de los siglos I y II de
nuestra Era; esta cerámica se utilizaba para la fabricación
de objetos de mesa (platos y recipientes
diversos). Este yacimiento se distingue, y tiene
una gran importancia dentro del mundo científico,
por este tipo de cerámica, que corresponde con la
etapa de máximo esplendor de la antigua Balsio o Balsione.

Entre la variedad de cerámicas romanas halladas, las de
pigmento negro, de tipo campaniense, están datadas entre
los años 250 y 50 a.C. y pertenecen a la época republicana;
de esas mismas fechas existen algunos fragmentos
de procedencia celtíbera. A este tipo de producciones
le sustituyó la terra sigillata itálica, de pasta roja
brillante, fechada entre el año 40 a.C. y el 40 d.C., ya en
época imperial. De estas mismas fechas corresponden
otros fragmentos de terra sigillata gálica. El origen es
diverso, destacan talleres de La Rioja, Teruel, e incluso
el norte de África.
También se han encontrado restos de moldes de fundición
de la
época del
Bronce
final y I
Edad del
Hierro
(1250 -
450
a.C.) ;
agujas de
hueso de
cabeza perforada para trabajar la lana y las fibras vegetales,
y de metal para el cuero (siglos I y II d.C.); un elemento
decorativo de arquitectura llamado antefija, con
cara de mujer, utilizado de remate engastado al final de
las tejas; un vaso de cerámica para jugar a dados, juego
muy popular en la cultura romana; morteros de cocina;
vidrios; lucernas; fragmentos de ánforas; diversos utensilios
para la higiene personal: sonda de oidos, punzón
para los dientes, alfileres de tocador,...; monedas de época
Alto Imperial, y otros objetos de bronce para usos
diversos.
Los hallazgos de restos antiguos no se ciñen exclusivamente
a las 7 Ha que abarca el cabezo de
“El Convento”. En su entorno más próximo han
aparecido, en alguna ocasión, cerámicas que denotan
la presencia romana, celtíbera, o incluso
anterior. No olvidemos que el cerro del “Alto la
Cruz”, en Cortes de Navarra,
o “El Morredon” y “La
Cruz” en Fréscano, están a
muy poca distancia de “El
Convento”. En este contexto
habría que incluir el
hallazgo de un vaso campaniforme
de extraordinaria
factura, datado en unos
2.000 años a.C., perteneciente
a la época del Calcolítico (2500 - 1800
a.C.).
Una muestra de las piezas más representativas
encontradas en “El Convento”, pueden contemplarse
en las vitrinas del Museo Provincial de
Zaragoza.
Tríptico
El Convento
Tríptico El Convento II
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